Contexto histórico del Renacimiento y Barroco español

A partir de la culminación de la Reconquista de la península ibérica a manos de los Reyes Católicos, que coincidiría también con  el descubrimiento de América (1492), se iniciaría en España un tiempo de auge que correspondería con su época de apogeo imperial y artístico, que tendría  una duración de alrededor de cien años. A esto se le conocería como el “Siglo de Oro”,  en donde España se covertiría en una de las mayores potencias europeas del mundo.

En lo referente al  Renacimiento, este  llegaría a España con bastante retraso respecto a otros lugares de Europa, y este no se  llegaría a implantar hasta el reinado de Carlos V.

En el  Renacimiento español se distinguen dos grandes etapas: Un primer Renacimiento que coincidiría con el reinado de Carlos V, en la primera mitad del siglo XVI, época que se caracterizaría por  la  expansión y la apertura de España hacia Europa. Un segundo Renacimiento, tendría  lugar durante el reinado de Felipe II (1556-1596), el cual estaría caracterizado por un momento de aislamiento hacia el exterior, a causa de la Contrarreforma del Concilio de Trento (1545-1563). La contrarreforma fue una medida de aislamiento y censura tomada por la iglesia católica para luchar contra el avance del protestantismo y tendría como resultado la pérdida de la conexión de España con Europa. Bajo este contexto surgiría por primera vez la corriente artística del barroco.

Al celebrarse el Concilio de Trento, España mantendría el espíritu de la Contrarreforma, lo cual provocaría el surgimiento de una pugna entre el idealismo y el realismo al contrastar la realidad de la decadencia del mundo político de España con los grandes sucesos y logros del pasado.

El siglo XVII marca el inicio de la lenta decadencia política, económica, y social en la que se veía inmersa el Imperio español. Solamente en el ámbito de las artes y letras se mantendría aquel esplendor de tiempos pasados. El oro recaudado de las colonias del nuevo mundo había sido mal gastado por la administración de Felipe II, mientras que las guerras libradas contra Francia e Inglaterra habían mellado en las clases bajas, produciendo un gran descontento. El vacío científico y económico dejado tras la expulsión de los judíos y moriscos no pudo ser cubierto por los españoles, ya que miraban en menos las actividades que llevaban a cabo estas dos castas expulsadas. Por su parte, la decadencia militar y política del Imperio español comenzaría con la derrota de la Armada Invencible (1588) y continuaría más adelante  con la derrota sufrida por los Tercios de Flandes a manos de tropas francesas, en la batalla de Rocroi, el 19 de mayo de 1643 en Francia. Esta derrota pondría fin a la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) con la celebración de la Paz de Westfalia en 1648 y el Tratado de los Pirineos de 1659. Este proceso de decadencia terminaría por alargarse hasta el siglo XVIII con el inicio de la Guerra de Sucesión.

Poco a poco, el Imperio Español se iría convirtiendo en una potencia de segundo orden; frente al surgimiento de otras grandes potencias como Inglaterra o Francia, que desarrollarían grandes y poderosaseconomías.

Bajo esta difícil situación, España se vería atrapada en una espiral de influencia política orquestada por sus rivales europeos, que se consumiría a finales del siglo XVII con el ascenso de Francia como primera potencia europea de la mano de Luis XIV y la llegada de la dinastía de los Borbones al trono español, al morir Carlos II sin sucesión. Así se consumiría la tradición barroca en una España con una decadencia notable.