Durante su etapa valenciana (1496-1508), Damián Forment trabajó en colaboración con su padre Pablo y su hermano mayor Onofre, y llevaron a cabo el primer retablo mayor que tuvo la capilla dedicada a la Purísima Concepción en el Convento de la Puridad. Actualmente se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Valencia con la posibilidad de observalo, ya que fue sustituido a mediados del siglo XVII por otro retablo de Leonardo julio Capuz, más acorde a las tendencias barrocas del momento. Este retablo tardo-gótico es conocido popularmente como el de La Puridad. La obra pictórica es de Nicolas Falcó mientras que la imaginería es de Pablo, Damian y Onofre Forment. Se trata de un retablo con influencias aragonesa y con pinturas al óleo sobre tabla fechado entre 1500-1515. El conjunto presenta un marcado carácter eucarístico, con una policromía dominada por el dorado que contrasta con el verde y el rojo de las figuras pictóricas. En el centro de retablo, sobre una peana se sitúa la talla de la Inmaculada Concepción, y en las calles laterales se representa la Natividad de María y la Presentación en el templo junto a San Joaquín y Santa Ana.
Aunque esta obra todavía esta marcada por la tradición gótica, tiene elementos innovadores como la inclusión deliberada de pequeñas esculturas o el más elaborado diseño de los maderos, lo que marca el principio de una tendencia que irá a más en el género de los retablos, y que impulsa la carrera de su autor.